jueves, 17 de octubre de 2013

Capítulo 53.

Anteriormente.

Casilda se levantó y abrió la puerta para salir.

-Ariadna: Espera.
-Casilda: Dime -dijo seria al ver mi cara de preocupación-
-Ariadna: Necesito ayuda, necesito contarte algo pero solo si me prometes que no le dirás nada a Pablo.
-Casilda: Me asustas. -dijo seria y se sentó a mi lado de nuevo-
-Ariadna: Estoy embarazada, de Pablo.

Un silencio incomodo invadió la habitación de la pequeña Marta.

-Casilda: NO ME LO PUEDO CREER. -se levantó de repente y se tapó la boca como signo de sorprendida- ARIADNA FELICIDADES. ENSERIO, ME HAS DEJADO...AY DIOS. -volvía a taparse la boca-
-Ariadna: BAJA LA VOZ BAJA LA VOZ. -le dije calmándola- NO QUIERO QUE NADIE MÁS SE ENTERE, de momento.
-Casilda: Ariadna pero...-hace que me siente de nuevo en la cama- pero....pero...¿Por qué se lo ocultas a Pablo?. -dijo preocupada-
-Ariadna: Casilda es que no quiero agobiarle encima que tiene mucho trabajo y...también tengo miedo. -dije triste-
-Casilda: ¿Miedo?
-Ariadna: Miedo de perderte y que no quieras volver a verme -dije cantando y bromeando-

Casilda subió una ceja.
-Ariadna: Perdón, perdón. -me tapé la boca- Miedo, miedo a su reacción.
-Casilda: No creo que Pablo reaccione para mal, es imposible, él no es así. Sorprenderse se sorprenderá demasiado, su cara a lo mejor se quedara con los ojos como platos y luego reaccionará, más o menos como me a pasado ami pero más exagerado. -reía-
-Ariadna: Igual me da miedo y no es momento de decirselo ya que tiene demasiado trabajo y no quiero ser una carga en estos momentos, entiendeme. -dije algo triste-
-Casilda: Sí, vale, en eso te entiendo Ariadna pero entiende que se enfadará si se entera más tarde. -me tocaba el hombro-
-Ariadna: En eso tienes razón. PERO NO SABRÁ QUE YO LO SABÍA ANTES. ¿verdad? -subí una ceja-
-Casilda: Tranquila -dijo quitándome la preocupación- No le diré nada, de momento. Espero que no le mientas por mucho tiempo, ya sabes que las mentiras no van a ningún lado.
-Ariadna: Gracias Casilda. -le abracé- necesitaba contárselo a alguien.
-Casilda: No me des las gracias, pero solo te pido que nada de hacer daño a mi hermano, eh. -reía-
-Ariadna: QUE NO TONTA. -le abracé de nuevo-
-Casilda: AAAAAAY QUE VOY A SER TÍAAAA. Quiero una niña, eh, así podré pasarte los juguetes de Martita que ya no quiere. -suspira de emoción-
-Ariadna: Pues yo quiero que sea un niño, no sé, siempre me hizo más ilusión. -reí-

Se levantó y abrió la puerta.
-Casilda: Anda vamos que nos estarán esperando. -me sonreía-

Salí fuera de la habitación y Casilda cerró la puerta.
Bajamos hacía el comedor y allí estaba Pablo y los demás, hablando y comentando cosas sobre la gira de Pablo.
Casilda se acercó a Pablo y le dio un beso en la frente.
-Pablo: ¿Que te pasa hija? -dijo extrañado y riendose-
-Casilda: QUE TE QUIERO MUCHO HOMBRE. -me miró y me guiñó un ojo-

Estuvimos toda la noche hablando en el salón de casa de Pablo. Todo fue muy acogedor y familiar, echaba de menos esas cosas.

Llegó la hora de irme y cogí mi bolso y abrí la puerta.
-Helena: Quedate hoy aquí Ariadna, no son horas de andar por la calle sola.
-Ariadna: No te preocupes en serio, a parte Pablo me acompaña. -sonreí-

Apareció Pablo por detrás cogiendome de la cintura.
-Pablo: Quedate anda. -me susurró al oído-
Le miré y subí una ceja.
Me miraban todos esperando mi respuesta.

-Ariadna: Bueeeeeeeeno, vaaaaale, pero mañana me despertaré pronto para traer churros. -Reí-
-Marta: SIIIIIIIIII CHURROS CHURROS CHURROS CHURROS ¿Has oído eso Mami? CHURROS!
-Casilda: aaay Marta, que sí, churros y tira para la cama ya.
Le dio unas palmaditas en el culo y subió hacía su habitación.

-Pablo: Venga va Ari, vamos a dormir. -Me dijo muy feliz-
-Ariadna: Voy ahora mismo. -sonreí mientras Pablo subía las escaleras hacía su habitación-

Le di las buenas noches y las gracias por todo a Helena y Salvador y fui hacía la habitación de la pequeña Marta a darle un beso de buenas noches.

Entré por la puerta despacito y estaba con un cuaderno de pintar.
-Ariadna: Como te pille la mami verás. -le dije en voz bajita-
Cerró el cuaderno de pinturas rápidamente y lo metió debajo de la almohada.

-Ariadna: Tranquila que no se lo voy a decir, será nuestro secreto. -le dije en voz bajita-
-Marta: Ssshhhh, será nuestro secreto. -dijo mientras soltaba una pequeña risa de su boca-

Se acostó en la cama y le puse una fina sabana para que no pase frío aun que sea verano.
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Narra Pablo
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Fui a ver que hacía Ariadna ya que tardaba en llegar.
Me asomé en el cuarto de mi sobrina y vi que estaban hablando. Decidí asomar un poco la cabeza para escuchar de que hablaban.

-Marta: Te echaba de menos tita Ari. -me dijo con una de sus preciosas sonrisas-
-Ariadna: Y yo a ti enana -le hizo una pequeña cosquilla-
-Marta: ¿Por qué te fuistes de viaje a Alicante?
-Ariadna: ¿Qué?
-Marta: Tio Pa' hace 2 meses me dijo que te fuistes por motivos de trabajo pero que vendrías a verme algún día.

Recuerdo que le dije a mi sobrina que Ariadna se había ido a Alicante a trabajar unos meses y a ver a su familia para no decirle que había roto con ella.

-Ariadna: Aaah, sí sí, sí..es que quería ver a mi primo y aparte el trabajo, ya sabes. -reía-
-Marta: ¿Querías ver a tus papis y eso? -le sonrió-
Agachó la cabeza pensando en lo que le había dicho la pequeña.
-Ariadna: Sí...a mis padres..bueno, bueno Martita a dormir. -le dijo sonriente-
-Marta: ¿Y por que tio pa' se besaba con la mala de Natalia mientras no estabas?
Se quedó muda sin saber que contestar.
-Marta: tío pa' es tonto, no sabía lo gran tita que eres tú. -se levantó y le dio un abrazo-

Ver esa imagen me hizo emocionarme demasiado.
Ariadna se despidió de ella y rápidamente fui a mi cuarto para disimular y me puse en el balcón de mi habitación.

Ariadna entró y cerró la puerta de la habitación.
Se puso detrás de mi y me besó el cuello.
Me di la vuelta para besar sus cálidos labios y lentamente los rocé sin ningún reproche.
Acaricié su cintura y le dije lo mucho que le echo de menos siempre que no esta conmigo.

-Pablo: Te prometo que todo irá bien. -le dije muy seguro-
-Ariadna: ¿A que te refieres? -dijo algo extrañada-
-Pablo: A nosotros, a nosotros me refiero. -le respondí directo- No habrán mentiras ni nada por el estilo, no quiero volverte a perder.
Ariadna bajó la cabeza y de repente rompió a llorar.

-Pablo: Heeey, heeey ¿que pasa que pasa? No llores. -le abrace y le acariciaba el pelo- Cuéntame.
-Ariadna: No nada Pablo nada. -decía secándose las lágrimas-
-Pablo: ¿Por algo llorarás? digo yo. -dije preocupado-
-Ariadna: Echo de menos a mi familia, eso es todo. -seguía secándose las lágrimas-
-Pablo: Ahora nosotros somos tu familia y no nos vamos a separas de ti ¿me oyes? -le subí la cabeza-
Afirmó con la cabeza y se sentó en la cama.

Estuvimos una hora hablando y riéndonos, hasta jugamos a las cartas y me dejé ganar. Mira si soy bueno.

Ariadna se levantó para cambiarse de ropa y me dio la espalda y se quitó la camisa.
Acto seguido le cogí de la cintura y le atraje hasta a mi.
-Ariadna: Uyuyuyui. -dijo riéndose-
-Pablo: Tómame de los pies a la cabeza por que quiero ser la lava que derrama tu volcán de miel. -decía cantando y riendo-
-Ariadna: Besame, tapame la boca con tu boca por que quiero arder. -reía-

Le tiré sobre la cama y empecé a besarle la barriga ya que estaba sin camiseta.
Subí lentamente mis labios hacía su boca y le miré a los ojos.
-Pablo: ARDOR QUE FUE BAJANDO HASTA EL CINTURÓN. -reí-
-Ariadna: Que yo, desabrocho sin ningún pudor. -reía-

Se quitó los pantalones y se puso encima de mi acariciando mi pecho.
Besé su cuello.
-Ariadna: Aaaaaay para. -reía-
volví a incorporarme en sus labios.
Me quite la ropa y acariciaba sus largas y finas piernas dejándome llevar por ellas.
Le acariciaba su barriga con mis dedos y ella reía. Su risa en mi oído si provocaba grandes escalofríos y no cualquier otra tontería.

Entre besos y risas todo acabó como todos se esperan.
                    Sí, sí, sí....sexo.
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Narra Ariadna

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Me levanté pronto para ir a comprar los churros a la churreria que hay en la gran carretera del pueblo.
Eran las 8 de la mañana y todos dormían aún así que aproveché para ir a comprarlos y que cuando se levanten los tengan en la mesa.
Es una gran muestra de agradecimiento por todo lo que están haciendo por mi.
...

Al recoger los churros me volví a casa de Pablo y preparé la mesa para todos.
Subí hacía la habitación de Pablo y aún dormía como un ángel.
Al ver su torso desnudo me daban ganas de abrazarle más y más, tiene un cuerpo tan cálido y achuchable, por decirlo así.

Me volví a acostar a su lado y le abracé por su cintura, acariciandola lentamente.
Pablo abrió los ojos lentamente y me regaló una sonrisa mañanera de las que me gustan.
-Ariadna: Buenos días rizos -le dije dulcemente y con una sonrísa-
-Pablo: ¿Rizos? ¿Ya se me ha puesto otra vez el pelo rizado? -dijo riéndose-
-Ariadna: Te suele pasar muy a menudo cuando duermes. -reí-

Pasó su mano por debajo de mi cabeza y me acercó más hacía él.
-Pablo: Te quiero. -murmuró-

Bajamos hacía la cocina y allí estaba Salvador comiendo churros.
-Ariadna: Buenos días. -le dije acariciandole el hombro-
-Salvador: Hombre Ariadna, muchas gracias por estos magnificos churros. -dijo feliz-
Me senté en frente de él.
-Ariadna: No me tiene que dar las gracias, ya sabes que por vosotros lo que haga falta. -reí-
-Salvador: Tan pelota como siempre -reía- no cambias y no cambies, eh. -dijo con una sonrísa-

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Llegué a casa de Jessica después de una larga mañana en casa de Pablo.

Esta noche Jessica me había invitado a una fiesta que daban sus padres aquí en Málaga. Sus padres no tardarían en llegar desde Madrid para verle y seguir con los preparativos para esta noche.
Pablo no viene por que tiene que hacer varias cosas según me ha dicho, pero estaré con Jessica y espero que la fiesta no sea aburrida, ya que sus padres son muy serios.

A la noche

-Jessica: ¿Estás ya Ari? -dijo gritando desde el piso de abajo-
-Ariadna: Ahora mismoooooooooo. -grité-
Me puse un vestido azul que me compré hace 2 años y apenas me había puesto 2 veces.
Me coloqué en frente del espejo y me vi la barriga. Solo han pasado unos días y ya me preocupo de que me crezca la barriga y se me note, estoy tonta.
Seguía mirandome y mirandome al espejo sin cansarme.

Jessica apareció por detrás y cogió una barra de pintalabios.
Se detuvo un momento y cogió una carta de encima de la mesa.
Yo seguía mirandome y preocupandome como una ilusa, sabiendo que esa barriga no crecería en tan solo una semana.



Vi atentamente el reflejo de Jessica por el espejo y me miraba paralizada.
En ese momento vi que carta había cogido.
Era la de cuando estuve ingresada aquella noche en el hospital.

-Ariadna: Jessica te lo puedo explicar.
-Jessica: ¿Estás embarazada? -dijo con una voz muy baja-
-Ariadna: Sí...pensaba decirtelo, enserio.
-Jessica: Con que te había bajado la tensión ¿no?

Dejó la carta encima de la mesa y salió de la habitación.
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Siento la tardanza, espero que os guste este capítulo aun que haya sido muy corto, ya que los estudios me impiden escribir más.
BESOS <3

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