Capítulo 60. Final.

Anteriormente.
De pronto le vi llegar por el pasillo corriendo...

-Lolo: PABLOOOOOOOOOOO PABLOOOOOO -gritaba mientras corría y venía hacía mi-
-Pablo: que pasa que pasaaaaaaaaaaaaaa. -dije alterado-
Se paró en frente de mi y respiró hondo ya que estaba agotado.
-Lolo: Ariadna...-dijo con voz cansada-
-Pablo: ¡ARIADNA QUE! -empecé a ponerme nervioso-
-Lolo: ¡tu hijo esta de camino Pablo!

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Narra Pablo
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En ese momento no sabía como reaccionar realmente, me había quedado completamente con la mente en blanco.
Unos segundos después reaccioné rápidamente.

-Lolo: DONDE VAAAAS -gritó-
-Pablo: voy directo hacía el aeropuerto. -dije muy alterado-

Rápidamente cogí mis cosas y me dirigí hacía el aeropuerto a coger un vuelo destino a Málaga.
El avión no tarda nada en llegar a Málaga, así que era una buena forma de llegar a tiempo, ya que un parto dura horas.
Empecé a correr y pedí que me llevaran hacía el aeropuerto.

-Porty: PABLO POR QUE CORRES. -gritó-
-Pablo: MI HIJO, ESTA DE CAMINO. -Grité mientras seguía corriendo-

Todos alterados me preguntaban el por que tanta prisa tenía.
Al llegar al aeropuerto compre los billetes para el próximo vuelo que se realizaría en una hora y media.
Mis piernas temblaban de los nervios y empecé a quedarme sin uñas de tanta desesperación que tenía en esos momentos.
Aun quedaba bastante tiempo para subirme al maldito avión que tan nervioso me ponía.

Después de esa larga y eterna hora y media subí al avión. Esperé impaciente para que el avión salga ya de aquel lugar.
Por fin.
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Narra Jessica
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-Jessica: Ariadna tu puedes- gritaba muy alterada-
Ariadna con gritos y llantos de tanto dolor que le provocaba me ponía aun más nerviosa de lo que estaba.
Pensaba en todo momento si Pablo sabía ya que su hijo esta en camino.
Miré mi móvil lo más rápido que pude y tenía varias llamadas perdidas de él.
Le llamé lo antes que pude.
-Pablo: LLEGO EN UNA HORA. -colgó-
Me quedé extrañada y volví a guardar mi móvil.
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Ya habían pasado 4 horas y media de parto y no sabía nada de Pablo desde la corta llamada de antes.
Empezaba a preocuparme bastante.
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Narra Pablo
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Todo se había complicado por momentos, primero la gente pidiéndome fotos y firmas en el aeropuerto y ahora atasco en la avenida para llegar al hospital general.
Empecé a ponerme muy nervioso y el taxista lo notaba.

-Pablo: Dime cuánto es, me bajo aquí. -dije abriendo la puerta-
-Taxista: No no no, es un honor llevarte Pablo. -dijo muy contento el taxista-
-Pablo: Soy una persona normal y corriente, así que dígame cuanto es. -empecé a ponerme más nervioso-
-Taxista: Son 20 con 70, por favor.
Le di el dinero y salí lo más rápido que pude de aquel taxi.
Empecé a correr por en medio de los coches que estaban parados por un accidente que había ocurrido al principio de la avenida.
Corría lo más rápido que podía. De fondo escuchaba como varía gente murmuraba mi nombre.
Mi teléfono comenzó a sonar. Lo saqué de mi bolsillo y cogí el teléfono mientras seguía corriendo.
-Pablo: En nada estoy allí. -le dije a Jessica con voz muy acelerada-
-Jessica: El bebé ya está a punto, esto va avanzando muy rápido. -dijo alterada-
De fondo escuchaba como Ariadna gritaba de dolor y los pelos se me pusieron de punta.
-Pablo: Dame 20 minutos y estoy allí.
-Jessica: Date prisa por favor, ella te necesita.
Corté la llamada y seguí corriendo lo más rápido que podía.

Tras veinte minutos que pasaron de correr por toda la avenida y las calles llegué al hospital.
Jessica volvía a llamarme al teléfono.
-Jessica: PABLO YA ESTA YA ESTA. -gritaba emocionada-
-Pablo: ESTOY SUBIENDO ESTOY SUBIENDO -dije alterado- DIME LA HABITACIÓN
-Jessica: LA 222, CORRE. -colgó-

Por fin veía de lejos aquella habitación y corrí rápidamente hacía ella.
Me ponía más nervioso por momentos.
Llegó el momento.
Abrí la puerta.

Allí estaba ella.....y él.
Me quedé en la puerta muy sorprendido mirándoles a los dos.
Ella, con el niño en los brazos, me sonrió.


Abrí los ojos rápidamente. Alguien había tocado a la puerta de mi habitación de hotel.
-Pablo: ¿Quién es? -dije con voz aun adormilada-
-Mariola: Pablo, baja a desayunar, tienes una entrevista en dos horas, te espero. -gritó detrás de la puerta-
Resoplé y me estiré en la cama.
Estos días en Madrid he estado demasiado ocupado.. no he podido dormir como es debido.
Me levanté y abrí la cortina. Mis ojos se pusieron aun más cerrados al notar el sol en la cara.
Me vestí lo antes que pude y bajé a desayunar al restaurante del hotel Dublin.

Los músicos me esperaban en una gran mesa con todo el desayuno servido.
-Antonio: ¿Y esa cara de dormido aun? -reía-
-Pablo: No he dormido muy bien. -decía mientras me pasaba las manos sobre la cara-
-Lolo: esto es un no parar killo. -reía-
Cogí una magdalena de chocolate y me la metí con ansia en la boca.
-Pablo: He vuelto a soñar con esa chica. -dije con la boca llena-
-Lolo: ¿Otra vez? ¿cuántas noches van ya? La tal Ariadna de tus sueños te lleva loco -reía-
-Antonio: Hace tanto tiempo que una chica no te da amor que ahora te aparecen chicas misteriosas en tus sueños. -reía-
-Pablo: Ja-ja-ja, muy gracioso Antoñito. -dije sarcásticamente-

-David: Puede que sea una señal de algo, quien sabe. -dijo algo seguro de lo que decía-
-Porty: Puede...suele pasar. -decía con una magdalena en la boca-
-Lolo: Yo sueño varías veces que me toca la lotería. ¿Es una señal? -decía riéndose y me miraba sabiendo que sabía que él se estaba riendo de mi-
-Pablo: puede que tenga razón David y sea una señal...o ya es que me estoy volviendo un poco loco.
-Porty: tantas canciones de amor que escribes y pocas mujeres en tu vida no lo entiendo. -reía-

Mariola se acercó a la mesa muy acelerada.
-Mariola: Vamos Pablo que nos tenemos que ir ya de ya ya ya ya.
-Pablo: que mete prisas eres mozaaaa. -reí-
Cogí mi chaqueta del asiento y al girarme...

-Pablo: COMO QUEMAAAAAAA. -grité-
Una joven chica que trabaja en el restaurante del hotel me tiró una taza de café hirviendo.
Miré hacía abajo y estaba ella recogiendo la taza que había caído y me pedía perdón mil veces mientras seguía recogiendo tirada en el suelo.
Al levantarse me empezó a limpiar la camisa con un trapo que tenía.
-Perdone de verdad yo no quería hacerlo...perdóneme.
-Pablo: no no te preocupes tranquila, todos tenemos descuidos. -le dije sonriente-

Alzó su cabeza y fijo la mirada en la mía.
No puede ser.
         Era ella.
                  La chica de mis sueños
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